A GRANADA
Granada, de quereres soberana,
por las verdes acequias de arrayanes,
desgrana los suspiros de galanes
en sus lunas moriscas de sultana.
Absorta en su labor de filigrana,
tras visillos, trabando los hilvanes
con hilos de agua, labra tafetanes
que envuelven sus hechizos de gitana.
que envuelven sus hechizos de gitana.
En su imagen henchida de fragancia,
se desvela el embrujo misterioso
que paulatino exhala su presencia
Adornada de porte prodigioso,
embriaga con tan lúcida elegancia
que introduce en deleite delicioso.
Camilo Valverde