Ha sido un día para recordar por varios motivos; la naturaleza nos regaló un precioso sol con una refrescante brisa que venía del mar y nos traía aquellos susurros de profundidades marinas con olor a sal y vida; disfrutamos de magnífica compañía que logró crear un ambiente ameno, cordial y armonioso, de conversaciones interesantes que nos ayudaron a conocernos mas y sobre todo a pasarlo bien; entre las muchas cosas de que hablamos surgieron, ¿como no?, los niños y sus ocurrencias, dos de las cuales me apetece compartir aquí:
Están en el aula matinal, hay niños de distintas edades a los que la “Seño” atiende con alegría, muchísimo cariño y grandes dosis de paciencia; mientras repasa la lección de religión con uno de los mas mayores tiene a su alrededor y enterándose de todo a un buen número de “polluelos” que no pierden detalle; la Seño le pregunta: dime quien era Jesús? entonces un chiquitín con apenas cuatro años contesta todo contento
- Yo lo sé, Yo lo se
- ¿Sii? quien es?
- Es el hermano de Paula, gritó lleno de alborozo ante las risas de todos
Bendita inocencia
Me imagino a mi querida amiga rodeada de niños riendo y disfrutando mientras los enseña quien es Jesús y al mismo tiempo, y para mi mucho mas importante, a respetarse unos a otros, a no reírse de las ocurrencias de los mas pequeños sino CON las ocurrencias de todos, los enseña a compartir y aceptar a los demás como son. Cómo te admiro por esta labor tan importante que realizas y por el cariño e ilusión con que lo haces.
Están clase y la profesora les está preguntando sobre las profesiones de sus mamás, en qué trabajan; todos van contestando: uno dice que su mama trabaja en una oficina, otro que su mama es maestra, otro dice que su mamá trabaja en casa de una señora… van contestando todos, cuando le pregunta a un pequeñín de unos cuatro años contesta
- Mi mamá no trabaja
- ¿Ah no? - dice la profesora- entonces tu mamá cuando se levanta por las mañanas se queda todo el día cruzada de brazos?
Es tanto lo que podría escribirse sobre los niños y sus ocurrencias que nunca terminaría, pero hoy prefiero quedarme con una reflexión, los niños son como esponjas que se empapan de todo lo que sucede a su alrededor, aun sin ser conscientes de ello, aprenden que “su mamá no trabaja” por que está siempre en casa y quizá nadie en su casa ha valorado la labor de esta madre y crece en él un sentimiento de decepción del que quizá no es consciente, pero que, pasado el tiempo, si nadie le aclara que su mamá en realidad no para, está todo el día pendiente de toda la familia y sus necesidades, que ella desarrolla muchas profesiones a la vez, es administradora, enfermera, consejera, limpiadora, cocinera…, si nadie se ocupa de ver esto e inculcarle el respeto y admiración que su mamá merece, cuando él sea mayor y forme su familia, quizá tampoco valore a su esposa.
Vaya aquí mi admiración y agradecimiento a los maestros (me gusta esta palabra). Nunca se valorará y agradecerá suficientemente la labor de estas personas que se ocupan de educar a nuestros niños, que les dedican la atención que, a veces, por falta de tiempo u otras circunstancias, no se les da en el hogar