Pienso
que el cuento de Lorca “Encuentros de un caracol aventurero”
merece la pena ser leído varias veces y por varios motivos : Por el
placer que aporta leer una narración tan bien escrita, por su
lenguaje poético...
“Hay
dulzura infantil en la mañana quieta.
Los
arboles extienden sus brazos en la tierra.
Un
vaho tembloroso cubre las sementeras
y
las arañas tienden sus caminos de seda
-Rayas
al cristal limpio del aire...”
Porque,
a través de los personajes nos incita a la reflexión;
Cuando
las ranas, después de haber tratado de convencer al caracol de que
crea en Dios y en la vida eterna, como ellas le dicen, sin admitir
otras posibilidades, confiesan que ellas no creen y a pesar de ello,
han educado a sus hijos en la fé
y aun más:
“...Me
lleno de emoción al sentir la firmeza con que llaman mis hijos a
Dios desde la acequia...”
Esto
me hace pensar en la hipocresía, (o quizá cobardía, no sé) en
cuantas veces hacemos o dejamos de hacer lo que realmente queremos o
pensamos por ajustarnos a las conveniencias, a lo establecido; nos
asusta destacar, ser “diferentes”. Y me provoca una pregunta ¿se
llena de emoción por el orgullo de haber sido ella quien les inculcó
esa fe?
También
cuando encuentra a las hormigas... capaces de llegar ha matar a una
compañera porque las habla de algo totalmente nuevo para ellas, creo
que se manifiesta muy claramente el miedo a los cambios, a salir de
la rutina, el admitir que puede haber algo que no conocen, aunque
pueda ser tan hermoso como “las estrellas”. Cuantas veces la
humanidad ha actuado de esa forma¡, matando al descubridor por
miedo, quizá, a perder el poder, quizá a los cambios que pueda
acarrear lo descubierto... recordemos a Galileo, por ejemplo; a
cuantos “descubridores” se les ha tomado por locos y han tenido
que pasar años, varias generaciones para reconocer que tenían
razón.
También
pone, aquí, de manifiesto esa “soberbia” que nos caracteriza,
todos nos creemos capaces de juzgar los actos de los demás, hasta
este “pacífico burgués de la vereda ignorado y humilde”, su
condición no le impide nombrarse juez para decidir que se debe hacer
con la hormiguita “descubridora de estrellas”.
Creo
que este cuento es un fiel reflejo de la humanidad cuando...
“El
caracol suspira y aturdido se aleja lleno de confusión por lo
eterno. La senda no tiene fin, exclama. Acaso a las estrellas se
llegue por aquí. Pero mi gran torpeza me impedirá llegar. No hay
que pensar en ellas.
Cuantas
veces preferimos seguir con nuestras rutinas y no pararnos a pensar
en aquello “nuevo” de que nos han hablado; nos da pereza
complicarnos la vida y preferimos pensar que somos torpes, que no lo
entenderíamos y... elegimos “no pensar en ellas” y aunque,
quizá como el caracol, nos decidamos a salir a ver el “final de la
vereda”, lo que vemos nos asusta, nos provoca inquietud y
preferimos seguir siendo un “pacifico burgués de la vereda” y
quedarnos “contemplando el paisaje”
-Espero vuestros comentarios
Un Besín
Ana
Hola Ana, en primer lugar te doy la enhorabuena por hacer un hueco en tu blog para debatir tus reflexiones. La acción de reflexionar, a mi parecer, creo que me hace pensar mas en los demás, en mejorar y sobre todo me hace pensar en mi misma.
ResponderEliminarDe este hermoso cuento, y de tu reflexión, yo destacaría la habilidad que tienes de desmoronar y de razonar todos los acontecimientos para sacar siempre "lo mejor de todo", en eso se distinguen las buenas personas.
Hace un tiempo que nos decidimos a emprender una página o un blog, para nuestros debates ¿ te acuerdas?, y creo que el comienzo de aquello que pensamos puede ser este cuento. Estoy expectante a que Angustias resuelva sus problemas con internet y comente ella también, ya que es reflexiva como nosotras (la idea fue de las tres, te lo recuerdo).
Y ahora centremonos en el cuento:
Yo creo que la postura de las ranas, es una postura cómoda, y un poco hipócrita, como el refrán dice: "haced lo que yo digo , pero no lo que yo hago", y en esta vida lo mejor que hay es "predicar con el ejemplo".
Yo pienso que el caracol, ha tomado la postura más cómoda todavía, la de no ver mas alla de lo que alcanzan sus ojos, y en la vida si lo piensas bien, también es así. ¿Porqué muchas veces nos complicamos tanto la vida nosotras?, pues por eso mismo porque aceptar muchas veces las cosas porque sí no nos sirve.
El miedo a los cambios, el miedo a reconocer que hay personas inteligentes, capaces de resolver cosas que aun no se conocen, gente que estudia los comportamientos y que dedica su vida a descubrir cosas nuevas para la humanidad, ha sido durante muchos años motivo de desprecio y de acoso y derribo hacia ellos. Lorca, lo sufrió en sus carnes, y cuando ahora nos paramos a pensar en ello, la rabia interior nos asalta y a mi, particularmente me da muchisima pena.
Lo que a mi me mueve en esta reflexión tuya, es que nunca debemos de dejarnos llevar por la rutina y el abandono de inquietudes, y estar "viva" para opinar, actuar y decidir sobre las cosas.
Ana, a mi también me ha gustado muchisimo lo que has escrito y después de pasar una enorme prueba de fuego, no podía salir de otra manera.
Esperemos a Angustias y sobre todo espero la próxima.
Un beso
María Jesús
Me gusta tu nueva pagina y tu reflexión, ha sido una sorpresa encontrármela.
ResponderEliminarComo tu bien dices, educar a sus hijos en la fe sin ellas mismas creer y sentirse orgullosas, puede ser hipocresía o quizás no porque nosotros intentamos educar a nuestros hijos en valores y en fe, la educación que hemos recibido, la experiencia y desengaños son las que te hacen cambiar. La rana enferma y aburrida se queja al encontrarse con el caracol por el silencio de Dios ante las injusticias.
Yo también creo que este poema es un fiel reflejo de la humanidad.
“El caracol suspira y aturdido se aleja lleno de confusión por lo eterno. La senda no tiene fin, exclama. Acaso a las estrellas se llegue por aquí. Pero mi gran torpeza me impedirá llegar. No hay que pensar en ellas
La comodidad y el miedo a lo desconocido, te hace ser un pacifico burgués de la vereda.
Ana espero que sigas como vas.
Un besico